Un descuido importante de los corredores es la prevención de cardiopatías, y es que muchos se ponen a correr sin más, porque está de moda, sin tomar las medidas necesarias y otros, más experimentados, obviamos hacernos unas sencillas pruebas que pueden salvarnos la vida.
Todos hemos oído hablar de la muerte súbita, una parada cardiaca que se produce de forma repentina en atletas que parecían tener un buen estado de salud. Y es que existen estudios que evidencian que en la mayoría de casos de muerte súbita en corredores, existía previamente una cardiopatía coronaria, que podía haber sido diagnosticada en un reconocimiento médico. Las estadísticas no son muy alarmistas ocurre en uno de cada 15.000 corredores y en uno de cada 50.000 maratonianos, pero aun así, es una cifra que podría reducirse.
¿Cómo ocurre? Mientras corremos la respiración se acelera y el corazón bombea sangre más rápidamente para hacer llegar más oxígeno a los músculos. Si los vasos sanguíneos están parcialmente bloqueados, la sangre debe pasar por una especie de "cuello de botella", pudiendo producirse una obstrucción completa de la arteria, y en consecuencia el accidente cardiovascular.
Solo tenemos un corazón y debemos cuidarlo cuando hacemos esfuerzos, de modo que podemos (debemos) prevenir:
1. Ante una carrera popular debemos tener un bagaje de entrenamiento previo, bien planificado y con las recuperaciones necesarias. No vale suponer que aguantaré los 10 km de cualquier modo.
2. Un pulsómetro es una herramienta básica que nos avisará del estado de nuestro corazón, da igual que seas novato o experimentado.
4. La prueba de esfuerzo es, seguramente, la mejor opción, ya que te permitirá conocer los límites de tu corazón, saber si padeces algún tipo de cardiopatía y controlar mejor tus entrenamientos.
5. Por último, unos consejos más que obvios: si durante tu carrera notas dolor de cabeza, náuseas, dolor torácico, dolor brazo izquierdo, fatiga, taquicardia... para de inmediato y acude a los servicios sanitarios de la prueba. No te arriesgues por conseguir bajar el crono unos segundos.
Correr disminuye por cuatro el riesgo de ictus y por tres las enfermedades cardiovasculares, además de muchos otros beneficios, pero hazlo con cabeza, y no expongas a tu corazón a un esfuerzo superior al que puede soportar. Tu vida depende de ello.
