Los médicos, nutricionistas, medios de comunicación y laS grandes cadenas alimenticias no han parado de recordarnos la parte peligrosa del colesterol.
Y hay una idea generalizada de que el colesterol es muy malo para nuestra salud, y que lo mejor es tener unos niveles muy bajos. Pero realmente, ¿es así?
El colesterol es un lípido (el otro lípido importante son los triglicéridos) que se encuentra en los tejidos corporales y en el plasma sanguíneo. Su presencia es clave para nuestra salud, ya que cumple varias funciones: formación y mantenimiento de las membranas celulares, precursor de vitamina D, de la bilis y de múltiples hormonas.
- El LDL (Low Density Lipoprotein o lipoproteína de baja densidad), que es el encargado de llevar el colesterol del hígado a los tejidos que lo requieran. Está formado por partículas pequeñas que, al circular por la sangre, puede pegarse en las paredes de las arterias, con los conocidos riesgos de salud.
– El HDL (High Density Lipoprotein o lipoproteína de alta intensidad), que es el encargado de recoger el colesterol de los tejidos de vuelta al hígado para eliminarlo cuando ya ha sido usado. Está formado por partículas más grandes que no se adhieren en las paredes venosas.
Ambos colesteroles son necesarios.
Los niveles de colesterol nos deben preocupar, pero no obsesionarnos, ya que lo que debe es servirnos para saber lo que NO debemos hacer. Hay una frase popular que dice que “todos los números están en el bombo, pero cuantos más juegas, más posibilidad hay de que te toque”. Esto quiere decir que si unimos el riesgo de colesterol alto, con sobrepeso, hipertensión, diabetes, tabaquismo, sedentarismo, edad... Tendremos más posibilidades de sufrir un riesgo cardiovascular.
Existe una controversia importante en la relación entre deporte y niveles de colesterol.
- Por una parte hay estudios que aseguran que hacer ejercicio físico intenso (por ejemplo, correr unos 50 km semanales), permite comer lo que se quiera porque se elimina el colesterol sobrante. Además se sugiere que una dieta pobre en grasas puede bajar los niveles de colesterol "bueno" HDL, y por consiguiente aumentar el riesgo coronario.
- Por otra parte, hay estudios de cardiólogos que vinculan la muerte súbita en corredores a tener placas de colesterol.
La presión arterial ante un esfuerzo importante puede provocar que las placas se desprendan y taponen las arterias, por lo que esfuerzos deportivos intensos pueden también ser un riesgo.
- La industria alimentaria y farmacéutica se aprovecha de falsos mitos. Si llevas unos hábitos de vida saludables y tienes el colesterol algo más elevado de lo establecido sin tener ningún factor de riesgo, no deberías preocuparte, y mucho menos tomar medicamentos a base de estatinas, ni tampoco picar el anzuelo de comprar esos productos que nos publicitan como los acabados en “-COL".
Lo primero es consultar con tu médico y, meidante analítica, conocer tu perfil lipídico y su relación con tus factores concretos de riesgo.
El ejercicio es salud a cualquier edad, pero este debe practicarse de una manera regular, sin excesos, con una planificación razonable. No es posible, estar toda la semana sin hacer nada, llevando una vida sedentaria, y pretender correr una carrera de fondo cuando llega el fin de semana.
En consecuencia, no deberíamos centrarnos solo en los niveles de colesterol o triglicéridos, sino en cuidar nuestros hábitos, tener en cuenta los distintos factores de riesgo, llevar una alimentación correcta y ser físicamente activos sin darnos palizas deportivas.