Correr es uno de los ejercicios más completos que existe. Es el secreto de la resistencia para la mayoría de los deportes: fútbol, tenis, baloncesto... Al incluirlo en nuestras vidas debemos de ser conscientes de que exigirá mucho de nuestra capacidad física y mental desde el inicio.
Cuando tomé la decisión de convertirme en corredora debí reestructurar mi mentalidad y mis hábitos de vida. Recuerde que, como todo en la vida, comenzamos en etapas: se camina, luego se trota y finalmente se corre. Esto es lo que nos garantiza que podamos incluir, dentro de nuestra actividad diaria, un ejercicio tan completo como es el correr.
Dependiendo de los días que usted pueda correr a la semana, cree un calendario para hacerlo alternándolo en cada horario, es decir, unos días por la mañana y otros por la tarde. De esta manera usted podrá observar cómo se comporta su organismo en determinadas horas del día. Inicie corriendo en la hora que su cuerpo se sienta menos cansado; muchos disfrutan correr en las madrugadas, otros en las tardes, lo ideal sería correr en las mañanas antes de ir a trabajar, ya que está comprobado que los niveles de endorfinas (la hormona del placer) se elevan más rápidamente en horas tempranas del día.
Si no puede correr temprano y debe hacerlo por las tardes tome en consideración que, dependiendo del tiempo que corra o trote, así mismo usted deberá esperar que su cuerpo regrese a su estado de sosiego. Si trota en este horario no espere inmediatamente después del ejercicio que usted pueda llegar a casa a dormir.
Aproximadamente después de tres meses nuestro cuerpo se acostumbra y crea un horario fisiológico, y el interruptor de start/off tomará su patrón habitual de sueño.
Siempre empiece a correr con un paso más bajo al nivel de intensidad, cuando el cuerpo y su mente logren un ritmo adecuado, observará que el paso se hará más rápido sin mayores esfuerzos. Trate de concentrarse en el sonido de su cuerpo: los pasos al correr, las pulsaciones de su corazón... Llegará el momento en que el sonido de la naturaleza y sus pisadas representen para usted un compañero.
Haga del correr la mejor terapia para liberar el stress del día, dejando ir su mente, escuchando música o disfrutando de la vista y recuerde que no debe estar del todo ausente de lo que ocurre a su alrededor.
Asuma el reto de adoptar el correr en su vida y bríndele a su vida y, por ende a su cuerpo, esa satisfacción. Disfrútelo... desde el momento que amarra sus zapatillas y vaya en busca de esa indescriptible sensación de llegar a la meta.