¿Debemos parar de entrenar si sentimos dolor?

Si sientes dolor al entrenar, es importante evaluar la intensidad y la causa del dolor para determinar si debes parar o continuar con precaución. El dolor muscular de aparición tardía (DOMS, las típicas ajujetas) es normal después de un entrenamiento intenso y generalmente no requiere detener el ejercicio, pero un dolor intenso o agudo sí podría indicar una lesión que requiere descanso y atención profesional.


Parar por dolor

¿Cuándo debemos parar de entrenar si sentimos dolor?

Dolor agudo o punzante: Si sientes un dolor repentino, agudo y localizado, podría ser una señal de lesión y debes detener el ejercicio inmediatamente y buscar atención médica.


Dolor que empeora con el movimiento: Si el dolor se intensifica al realizar ciertos movimientos o ejercicios, es una señal de que el músculo está sobrecargado y necesitas descansar.


Dolor que no mejora con el descanso: Si el dolor persiste incluso después de varios días de descanso, es recomendable consultar con un médico o fisioterapeuta.


Síntomas adicionales: Si el dolor muscular se acompaña de hinchazón, moretones, debilidad o entumecimiento, podría ser señal de una lesión más grave y debes buscar atención médica.





Si el dolor es leve o tolerable, escucha a tu cuerpo.

Si el dolor es leve y no limita tu rango de movimiento, puedes intentar reducir la intensidad del entrenamiento y realizar ejercicios más suaves, como caminar, nadar o yoga.


Descanso activo

Realiza actividades de baja intensidad para favorecer la recuperación muscular, como caminar, estirar suavemente o usar un rodillo de espuma.


Descanso adecuado

Es fundamental darle tiempo a tus músculos para que se recuperen y reparen, por lo que es recomendable tomar días de descanso entre entrenamientos intensos.


Si tienes dudas sobre la intensidad del dolor o cómo debes proceder, consulta con un fisioterapeuta o entrenador personal para recibir orientación personalizada.


Como recomendaciones generales no debemos olvidar el calentamiento y enfriamiento; hidratarse adecuadamente; evitar el sobreentrenamiento; no aumentar la intensidad demasiado rápido; escucha a tu cuerpo y sé consecuente con las señales que te envía.


En resumen, es importante diferenciar entre el dolor normal después del ejercicio (DOMS) y el dolor que indica una lesión. Si tienes dudas, es mejor buscar orientación profesional y tomar un descanso para evitar complicaciones.



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