Correr, se puede correr con casi cualquier tipo de ropa, pero lo que no puedes hacer es llevar cualquier zapatilla, porque son la pieza más importante de nuestro equipamiento. Es conveniente que te informes bien para poder elegir las más adecuadas ya que las buenas sensaciones del corredor empiezan en los pies. Una vez que te pones las zapatillas debes olvidarte que las llevas y no notar rozaduras o tensiones.
EMPEINE O UPPER. Parte superior o cuerpo de la zapatilla que envuelve el pie. Con el avance de la tecnología se ha conseguido que las zapatillas tengan menos costuras, hasta llegar a un punto que practicamente no tienen ninguna, y es como si fueras descalzo.
PUNTERA. Parte más delantera de la zapatilla, la que está en contacto con nuestros dedos. Puede ser más ancha y redondeada o que acabe en pico.
ARCO. Donde encajaremos el arco de nuestro pie. Unos lo tenemos muy pronunciado, lo que produce un gran hueco entre nuestros dedos y nuestro talón. Por el contrario esas personas que llamamos “pies planos”, no marcan el arco y tienden a meter el pie hacia adentro. Esta razón del tamaño de los arcos es muy importante para ver si la zapatilla encaja por su arco en nuestro pie.
AMORTIGUACIÓN. La importancia de la amortiguación en el talón va disminuyendo con el tiempo de uso. Un corredor que se inicia, con un peso excesivo y con pocas habilidades deportivas, lo normal es que tenga una mala técnica de carrera y su impacto cuando corre se produzca en su totalidad en el talón. A medida que llevamos tiempo corriendo, debemos trabajar por mejorar nuestra técnica y conseguir impactar cada vez menos en el talón y hacerlo en el metatarso (parte delantera de la planta del pie). Todos los impactos excesivos en el talón, se traducen con el tiempo en una lesión.
Basado en un artículo de Propósito Saludable.