Muchos corredores basan sus entrenamientos en carreras largas alternadas con sesiones de series o de fartlek. Es un buen camino, pero no suficiente, ya que el entrenamiento de fuerza también te ayudará a correr más rápido.
No se necesita pasar horas haciendo ejercicios de fuerza, con tan solo hacer 2 o 3 sesiones semanales de trabajo de fuerza, será suficiente para empezar a notar resultados en tus carreras rápidas, y en tan solo seis semanas.
1. Mejora de la economía de carrera.
La fuerza mejora la eficiencia del movimiento al correr, reduciendo el gasto energético para una misma velocidad.
2. Prevención de lesiones.
El fortalecimiento de músculos, tendones y ligamentos puede disminuir el riesgo de lesiones comunes en corredores.
3. Aumento de la potencia.
La fuerza muscular contribuye a una mayor potencia en cada zancada, lo que es esencial para sprints y cuestas.
4. Mejor control y estabilidad.
Un mayor tono muscular mejora la estabilidad en terrenos irregulares y ayuda a mantener una buena técnica de carrera.
5. Retraso de la fatiga muscular.
El trabajo de fuerza ayuda a que los músculos resistan mejor la fatiga durante carreras largas.
6. Incremento del metabolismo basal.
El entrenamiento de fuerza aumenta la masa muscular, lo que a su vez eleva el metabolismo basal y ayuda a controlar el peso.
7. Mejora del equilibrio hormonal.
Entrenar la fuerza influye en la regulación hormonal, incluyendo la testosterona y la hormona del crecimiento, que son beneficiosas para la recuperación y el rendimiento.
8. Fortalecimiento del core.
Un core fuerte te hará mantener una postura adecuada y prevendrá dolores lumbares asociados con largas distancias.
9. Aumento de la densidad ósea.
Existen datos sobre cómo los ejercicios de carga promueven la formación ósea y previenen la osteoporosis, algo especialmente importante para corredores de larga distancia.
10. Mejoras psicológicas.
Los desafíos del entrenamiento de fuerza pueden reforzar la confianza y la tenacidad mental necesarias en competiciones y entrenamientos exigentes.
El entrenamiento de fuerza es una herramienta subestimada pero esencial en el arsenal de un corredor. No solo mejora el rendimiento, sino que también protege contra lesiones y contribuye a una salud integral y sostenible.
Al integrar sesiones de fuerza regulares en tu rutina de entrenamiento, estarás invirtiendo en tu futuro como corredor y en tu bienestar general. Correr no es solo un juego de piernas, es un deporte que requiere una fortaleza integral. Así que toma las pesas, y ve por ese kilómetro extra con confianza y poder.