Este domingo 20 de junio (2010) corrí mi primera carrera “I Carrera Popular Umbría de Sierra Espuña” (Murcia) de 16 km. Seamos honestos, esta carrera empezó hace un año, cuando pesaba 125 kg con una altura de 183 cm, hacía sólo cuatro años que había dejado de fumar, pero aún tenía los vicios de muchas cañas de cerveza, unidas a una vida totalmente sedentaria a punto de cumplir los 36 años. Fue exactamente al día siguiente, un nueve de agosto, cuando decidí acabar con esa rancia “mal llamada vida normal“ y echar a correr.
Recuerdo cuanto me costaba pero lo tenía claro, sólo cinco minutos de ida y otras tantos de vuelta, (aunque pudiera más), esta vez lo iba a hacer bien hecho, poco a poco, aumentando cada semana un poquito más. Quería disfrutar de lo que estaba haciendo, que no fuera un sacrificio. Así fue, hoy veinte minutos, mañana veinticinco, siempre intentando disfrutar de la carrera nunca me salté un estiramiento ni una carrera (menudo invierno ha hecho). Junto con dieta, no muy severa, conseguí que desapareciera un kilogramo a la semana, hasta alcanzar los 95 kg de hoy en día, ahora los pierdo poco a poco pero me es igual. En este momento corro por vicio y ”menudo vicio”.
Pero volvamos a la carrera. Desayuno como todos los días, café con leche, cereales y un poco de miel. Cojo la moto y me dirijo a Casas Nuevas una pedanía del pueblo murciano de Mula, vivo muy cerca a unos 11km. Estamos en un paraje excepcional, la zona norte de “Sierra Espuña” quizá la más desconocida de esta sierra murciana. El recorrido tuve la suerte de hacerlo esa misma semana, el miércoles, bajo una constante lluvia y no me pareció nada imposible, a mi ritmito, cansado pero bien, ¡Pues me apunto a la carrera! Lo peor es llegar el último y no creo que por ello me peguen los de la organización.
Aparco la moto y me dirijo al control a por el dorsal, y TOMA mis tripas, me encuentro muy nervioso, rodeado de mogollón de corredores y corredoras, a lo mejor sólo eran cincuenta pero a mí me parecía a “los 300 de Esparta”. Me preguntaba qué hacía allí, a parte del ridículo. Estuve a punto de irme a casa pero me puse a charlar con un corredor que tenía su moto junto a la mía y parece que me relajé.
Aparecen mi mujer y el niño y ahora sí que no hay narices a volverme, cómo le explico a mi hijo de siete años que “Superman se va a rendir”. Empiezo a calentar, bueno, temblar y hacer cosas raras. Una fue tomarme un gel, nunca lo había hecho antes y no sé porque lo tomé y menos antes de la carrera. Después decido no llevar mi bidón porque casi nadie llevaba, gran error, yo siempre hago mis tiradas largas con mi líquido y estoy acostumbrado a beber a ciertos minutos, no a tomar líquidos en lugares programados. Otra locura fue fijarme en el pulsi, nunca había iniciado un entreno a tantas pulsaciones (supongo serían los nervios de la competición).
¡Empieza la carrera! Salgo muy nervioso y decido ir el último para no molestar, antes del primer kilómetro había ya cuatro o cinco corredores que se habían tomado la carrera a lo tranquilo y que iban hablando.
Primer km: 5:30 min. muy rápido, pensé. Segundo km ya había adelantado más gente (tres o cuatro), adelantaba con cuidado, con miedo, demasiado rápido….
Todos los corredores por mitad del asfalto, yo por un lado (la falta de costumbre imagino).
Al final del km 3 acababa el asfalto y ya cogíamos una pista que tras bajar una pequeña rambla empezaba a ascender hasta el km 8.
Primer punto de avituallamiento, agua. Los nervios aún no se han pasado voy acelerado en pulsaciones pero al fin voy sólo, aproximadamente unos quince corredores por detrás y otros cuatro a unos cientos de metros por delante de mí, el resto ni se ven.
Iniciamos la subida; esta está ya dentro del parque de Sierra Espuña es un lugar virgen y precioso. Decido mirar atrás, no lo había hecho antes porque no sabía si estaba mal visto hacer eso en una carrera, yo cualquier cosa con tal de no molestar a estos señores.
Voy sólo a unas pulsaciones elevadas acostumbrado a mi entrenamiento (135/155 ppm), pero me doy cuenta de que llevo ya varios km así y que puedo mantener el ritmo perfectamente, incluso me siento cómodo, se han pasado los nervios y comienzo a disfrutar.
Ha sido una experiencia fantástica, el tiempo os parecerá ridículo 1h 32 min, pero a mí me parece increíble, este mismo trayecto pero al revés lo había hecho andando un año antes, con un amigo y llegué destrozado con mis 122 kg. Aún entró un goteo de gente después, unos quince corredores más o menos, hecho que me animó aún más.
Llego a casa extasiado y decido buscar más carreras de este tipo en Internet, que no estén muy lejos de casa. Encuentro una, la ”Media maratón Nocturna de Cehegín” Y aquí está mi dilema ¿creéis que tendré algún problema en acabarla? La organización pone un máximo de 2h 30 min, y yo por mi parte estiraré las tiradas largas de los domingos entre dos y cuatro km más.
Muchas gracias y espero que este relato ayude a gente que desearía empezar a correr pero piensan que ya no están cualificados para hacerlo. Que quizá están mayores o gordos, que su tren ya pasó, que es tarde... No, esta meta está tan lejos como tú la quieras poner.
26/07/2010
Querido compañero:
¡Lo conseguí! He acabado la media hace apenas unas horas. Son las cinco de la mañana y ya no puedo estar más en la cama, la emoción y el dolor de piernas no me dejan dormir.
Ha sido una experiencia fantástica, el circuito era horrible, sube, baja... un total de cuatro vueltas de 5 km cada una, más un pico de 1 km a la salida.
Fui sùper conservador, nunca pasé de 160 ppm, no quería fundirme. Sólo a falta de 6 km decidí apretar (me encontraba bien), hasta acabar esos km en 160/170 ppm., al final adelanté a un montón de gente. La última vuelta de 5 km la hice en apenas 23 minutos.
Ya sé que no es para emocionarse, pero mi 1 hora y 55 minutos me hacen sentirme muy orgulloso, por lo menos conozco la prueba y... ¿quién sabe? Quizás para la maratón de Zaragoza... Ja, ja, ja, es broma.
Muchas gracias por la parte que te toca, darme ánimos y la oportunidad de expresarme. Muchas gracias... y no sé, seguiré subiendo pequeños peldaños.