En México, desde donde les escribo, la diabetes es una enfermedad terriblemente predominante, por la alta incidencia de sobrepeso que padece la población, y yo no fui la excepción. Desde hace dos años me la diagnosticaron junto con altos índices de colesterol y triglicéridos. Silenciosamente me estaba muriendo.
Bajé 8 kilos como consecuencia de esta crisis y perdí el 30% de la vision. Después de que varios familiares habían sucumbido a esta terrible enfermedad, no iba a permitir que me ocurriera lo mismo, y... me puse a correr. Previamente normalicé mis índices y recuperé la visión. Caminaba y corría. Bajé un programa de esta misma web: "De 0 a 10 km en 50 días" y lo llevé a cabo al pie de la letra. He corrido varios 10 km desde entonces, el último lo hice en 53 minutos.
El año pasado corrí mi primera media maratón, se me inflamaron los pies, me lastimaron las zapatillas y perdí las dos uñas de los dedos pulgares. Grave error el no documentarse del equipamiento adecuado para una carrera de este calibre. Es curioso, mucha gente habla de las formas de entrenarse, pero pocos son los cometarios acerca de las zapatillas: qué tal holgados o justos deben estar para tal o cual distancia.
En fin, ya con la experiencia y un año más de corredor, corrí mi segunda media maratón en 20 minutos menos que el primero. No tuve problemas de bajada de glucosa, como el año anterior, que de no haber comido unn plátano en el kilómetro 16, no la hubiera terminado. Gracias a que comí algunos dulces durante la carrera terminé haciendo un tiempo de 1:56:15 que me dejó muy satisfecho.
Yo no sé qué tanto puede afectar la diabetes al rendimiento de un corredor, pero me siento con la posibilidad de acceder a un pódium el próximo año, que cumplo 50, y por ende seré de los más jóvenes de mi nueva categoría. Y si Dios me da la oportunidad lo celebraré corriendo la media maratón del día del padre y el maratón de la Ciudad de México.
Espero que escriban algo más sobre corredores de más de 50 años y corredores con diabetes. Muchas gracias.
Miguel Ángel Calderón Hernández