Ya soy maratoniano

Tan sólo hace un año y 18 kilos que empecé a correr en la carrera de los 10 kilómetros Costa Azahar de Castellón. Cuando acabé esa carrera experimenté como un amor a primera vista, me encantó... Tienes por delante toda la carrera para ayudar y dejarte ayudar por compañeros que, como tú, están sufriendo y disfrutando. Yo soy un animal social y tener la oportunidad de hacer amistades que van más allá de la carrera me emociona. Es el caso de Vicente que ya me ayudó en Castellón y ha seguido ayudándome todas las veces que ha hecho falta. Otros muchos como Paco, José Luís, Julio, me han ido guiando y un montón de personas anónimas me han ido empujando en un montón de carreras y, por si todo esto fuera poco, al entrar en meta tengo el premio de ver a mi mujer emocionada y la cara de admiración de mi hija, que me acompaña a recoger la bolsa del corredor para ponerse mi camiseta y comerse todo lo que nos regalan.


Pues, como consecuencia de todo lo dicho, de regalo de cumpleaños mi mujer tuvo la bonita idea de apuntarme al Maratón de Barcelona, (se nota que es catalana), y además insistió en acompañarme embarazada de más de 8 meses, y ¿quién soy yo para contradecir a una mujer embarazada? Así las cosas volví a recurrir a mi amigo Vicente para hacer la tirada larga de los 30 kilómetros en Villa-Real. Al acabarla, Vicente (que es el que entiende) me dijo: “Javier, tienes el maratón en tus piernas”. Y, ¿quién soy yo para contradecir a un amigo como Vicente? Así que visto y no visto, me planté en Barcelona.


Tengo yo una amiga de Barcelona que el mismo día que se sacó el carnet de conducir le dijo a su padre que si él veía posible que ella pudiera conducir esa misma noche su vehículo para ir a casa de unos amigos, su padre le contestó que con el carné en la mano, no solo era posible que fuera a casa de los amigos sino que podía ir hasta Moscú. La verdad es que esa historia de mi amiga la tengo muy presente en mi vida como Corredor Popular. ¡Claro que podemos llegar hasta donde nos propongamos¡ Solo necesitamos tener a alguien cerca que nos dé la confianza para creer en nosotros y hacerlo. Yo en ese sentido solo puedo estar agradecido a un montón de personas, así que como ya sabéis casi todos los que estáis leyendo esta crónica, en mi primer maratón no llegué a Moscú, pero sí a Montjuït.


El cómo llegué a Montjuït supongo que es la crónica que estáis esperando, aquí para variar seré breve. La salida, como diría Jesulín IN-PRESIONANTE: 20.000 CORREDORES impresionan a cualquiera. Dio la salida el alcalde de la ciudad. Montse ya estaba emocionada en ese momento y a mí me costó no echar una lagrimilla. Después de 15 minutos empecé a trotar detrás del globo de 4:30 con un compañero francés que me decía cosas en inglés... yo siempre: "Yes, yes, yes". ¿Quién soy yo para quitarle la razón a un hombre que me dice cosas que no entiendo?


Los kilómetros van pasando y Montse me espera en el K 12; la veo y ella sigue emocionada, será por las hormonas que con el embarazo se disparan. Los kilómetros van pasando y me encuentro muy bien con el globo de las 4:30 hasta el 25, que el del globo dice que se acabó la fiesta, que están casi 10 minutos por detrás de la marca, y que van a dar un tironcillo, o sea, pasan los tíos de 6:25 a 5:45 minutos/kilómetro, lo intento, pero en el K 27 ya se me van definitivamente, y entonces llega un dolorcillo en toda la pierna izquierda especialmente en la rodilla y en la zona tibial que no me hace ninguna gracia, ni geles ni agua ni na, de na, a sufrir hasta el K 33 donde ya decido correr olvidándome de que lo hago con las piernas. A partir de ahí la cosa fue bastante mejor, (del muro afortunadamente ni rastro) en el K 37 estaba Montse, súper contenta de verme llegar al fin y un poco preocupada porque hacía 10 minutos que había pasado el globo con el que me había dejado en el K 12. Me hace fotos, me besa, me da una botella de Aquarius y quedamos ya en el hotel, (ella ha hecho casi 10 kilómetros súper embarazada y se la ve cansada).


En el K 39 decidí acabar mi primera maratón con algunos amigos y me lié a llamar por teléfono, como algunos sabéis, hasta el K 41, que era la subida a Montjuït. La hice con más pena que gloria, pero justo antes del K 42 veo el reloj de meta que marca 4:59:23 segundos y me lanzo a correr a casco porro, como si no hubiera mañana, y entro en el ultimo segundo 4:59:59 de la general, y a 4:44:54 desde que empecé, según mi reloj 42.840 metros a una media de 157 pulsaciones por minuto, y un ritmo medio de 6:38 minutos el kilómetro, una señora mayor muy maja me da la “deseada” medalla y me felicita diciéndome: "Muy bien, has entrado en 5:00 horas", y yo le corrijo: "No señora, he entrado en 4.59:59". Se ríe y me planta un beso. Yo me voy de allí con mi medalla feliz, pero FELIZ, FELIZ.


Conclusiones:
El Maratón en sí mismo para mí es lo de menos, como dice el poeta la meta no es un lugar sino un camino, por eso siempre que alcanzamos una meta nos ponemos otra. Crecer es avanzar, progresar, y en definitiva vivir consiste en eso. en buscar nuestros límites para ponernos otros. “Ya os contaré, el próximo está en construcción.”
Si has llegado hasta aquí te has demostrado a ti mismo que eres un lector de fondo, con lo que si ahora te preguntas ¿yo también podría hacer el Maratón de Barcelona? La respuesta no te quepa duda es ¡Sí que puedes¡ No solo el de Barcelona, también el de Moscú.


Tiempos de actividades registradas en mi reloj desde que empecé esta aventura:
164 Salidas a CORRER con un total de 1.560 kilómetros en 154 horas.
41 Salidas a la NADAR con un total 50 kilómetros 31 horas.
14 Salidas en BIKE con un total de 317 kilómetros en 17 horas.
94 Salidas a ANDAR con un total de 600 kilómetros en 102 horas.
;-) YES, WE CAME ;-)




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