Había pasado un mes desde que había corrido la VII Media Maratón de Mérida con unas sensaciones fabulosas, un registro forjado con mucho trabajo durante los primeros meses de la temporada y que ahora estaban dibujando un panorama inigualable a otras temporadas.
No pasaron ni veinticuatro horas cuando empezaron las molestias en mi tibia, dolor intenso que me impedía incluso caminar, había que buscar una solución a la periostitis, y además buscar alternativas para no perder el excelente estado de forma.
Sin duda, nada ha sido igual, rutas en mountain bike, natación y pequeños trotes de no más de hora y cuarto, además de acondicionamiento físico en el gimnasio para fortalecer la tibia afectada.
No tenía claro si volvería a participar en una media durante el mes de abril, aunque los propósitos eran desde inicio de temporada aprovechar a tope este gran mes, pero había que tomar una decisión y valorar.
Llegó el viernes antes de la carrera y decidí sin más hacer un descanso y probar un trote de treinta minutos el sábado, más progresivos, con el propósito de tenerlo todo a punto para acudir a la cita con mis compañeros del Club Tierra de Barros.
Y por fin el gran día, con todos los alicientes necesarios para un perfecto día de running, la temperatura agradable, sin viento, hacía que los presagios fueran bastantes alentadores. Había gente conocida dentro del mundo del atletismo extremeño, Tina María Ramos, Francisco Sánchez Pintor... Gente que a los atletas populares nos hace sentir grandes. Se comentaba de todo, unos lo bien que estaban, otros bajar su marca, sabíamos que no iba a ser fácil, que había bastantes subidas, que pasaríamos por alguna pista de tierra y sobretodo teníamos la certeza de que íbamos a pasar un rato “malo” en el que nos faltaría el aire en más de una ocasión.
Por fin, y con algunos minutos de retraso, se dio el pistoletazo de salida, ciento cuarenta corredores dispuestos a darlo todo por las calles de un pueblo que no llega a mil habitantes, en la que para ellos era algo inédito que se hubiese celebrado una prueba de estas características.
En el transcurso de la carrera ninguno del grupo teníamos una estrategia definida en cuanto a marcas, se trataba de una carrera en la que las sensaciones eran primordiales, y más que muchos de mi grupo tenían reciente una maratón a sus espaldas, además de buscar en ella un entrenamiento dominguero en lo que lo primordial era la convivencia del grupo.
En los primeros compases el ritmo de carrera era el esperado en este tipo de pruebas y que poco a poco iría haciendo mella en los participantes, pero mi objetivo estaba muy bien definido, no arriesgar demasiado para no romper el fabuloso año que llevaba a mis espaldas, y todo salió a la perfección sin sufrir demasiado, aunque en los últimos kilómetros aparecieron las temidas molestias de una lesión todavía no bien curada, pero aún con ello conseguí acabarla por debajo de una hora cuarenta y con el convencimiento de poder haber bajado acercándome unos minutos más al objetivo fijado en esta temporada.
Entre pueblo y pueblo, entre aplauso y ánimos de tanta gente transcurrieron esos veintiún kilómetros, llegando finalmente a Solana de los Barros en la que un centenar de seguidores nos recibirían en este maravilloso pueblo de la comarca de Tierra de Barros, dejando a un lado las malas sensaciones de los últimos kilómetros debidos a la lesión, y provocando una sensación del deber cumplido junto a mi compañero de club que protagonizó uno de los detalles más bonitos y entrañables que un joven padre puede hacer con su niña de corta edad, entrando con ella en la meta, porque momentos como estos hacen que se te olvide todo y se te grabe en la retina para el resto de tus día haciendo a este deporte grande.
Por ello con lo que me quedo en esta joven maratón nacida este año, es la excelente organización, ya que para elegir un recorrido de estas características es necesario la colaboración de mucha gente, siendo uno de las claves del éxito. Seguro que el próximo año volveremos a estas tierras de la Comarca de Tierra de Barros con su gente, que como decía anteriormente hace que te sientas grande, lejos de haber cosechado en ella ser el club campeón de la prueba, ya que solo con haber compartido con sus gentes, sus calles... Nos has hecho disfrutar a lo grande.
José Domínguez Barroso