La principal función del sudor es la de refrigerar nuestro cuerpo. Necesitamos mantener una temperatura de unos 37 grados centígrados. Al correr, el proceso de quemar energía genera un calor que hace aumentar esta temperatura, el cerebro inmediatamente envía la orden de comenzar la secreción de sudor para intentar mantenerla. Cuando el sudor logra evaporarse la temperatura corporal comienza a disminuir; por eso, cuanto más calor hace o cuanto más intenso es el ejercicio que estamos realizando, mayor será la cantidad de sudor que expulsaremos del cuerpo.
Tenemos entre tres y cuatro millones de glándulas sudoríparas, que son capaces de expulsar más de medio litro de sudor por cada hora en el caso de realizar esfuerzos continuados de gran intensidad.
El sudor está compuesto por agua en más del 90%, y el resto son diversas sustancias: urea, creatinina, ácido úrico, ácido láctico, sales minerales... Si sudas poco, el sudor expulsa poca cantidad de sales y las que salen, se reabsorben a través de la piel; a mayor intensidad, el contenido de sodio y cloro es mucho mayor por haber menos tiempo para esa reabsorción.
Las bebidas energéticas y los geles son una ayuda para el corredor en tres aspectos fundamentales:
- Contienen carbohidratos de alto índice glicémico (son absorbidos rápidamente por la sangre retrasando la aparición de la fatiga, durante el ejercicio).
- Reponen electrolitos (sodio, cloro y potasio) que se pierden en el sudor.
- Aportan agua que favorece la reposición perdida durante el ejercicio, previniendo la deshidratación.