Te duele la parte interna de la rodilla, no has sufrido ningún golpe fuerte pero te duele. Y te duele más por la mañana cuando estás frío, y a medida que vas calentando se hace más llevadero.
Vamos a ver una lesión muy común, tanto en corredores como en ciclistas, ante este dolor tendremos que pensar en una tendinitis de la pata de ganso. No debemos de asustarnos, aunque cuando nos duelen las rodillas solemos pensar en meniscos, ligamentos colaterales, artrosis, etc... Antes de pensar en problemas mayores descartemos lesiones más frecuentes.
Debemos palpar la parte interna de la rodilla, más debajo de la rodilla, en la parte alta de la tibia, unos tres dedos debajo de la rótula, ahí palpamos una protuberancia ósea en mitad de la tibia, estarás palpando el tubérculo de Gerdy; y otros dos dedos hacia la parte interna de la tibia palpa con los dedos, ¿duele?, pues bien estás palpando la pata de ganso. ¿Y eso qué es? La pata de ganso está formada por la inserción de tres músculos, por la inserción de sus tendones, se llama así porque forma un dibujo parecido al de la pata de un pato, de un ganso.
Además, en caso de inflamación de estos tendones, existe una bursa (bolsa serosa que impide el rozamiento entre tendones y hueso) que también se encontrará inflamada.
Ya sabes lo que es la pata de ganso, ya sabes exactamente lo que te duele, ¿y ahora qué? Hay que saber a qué músculos pertenecen estos tendones porque están sufriendo, y cuando los músculos sufren se suele manifestar por su parte más débil, que son los tendones ya que es la zona del músculo que menos aporte sanguíneo tiene y, por tanto, le llegan menos nutrientes y oxígeno para recuperarse. Estos músculos son tres:
SEMITENDINOSO, que pertenece al grupo de los isquiotibiales (los que tenemos detrás del muslo).
GRÁCIL O RECTO INTERNO, que tiene como función la aducción (juntar nuestros muslos).
SARTORIO, un músculo que cruza nuestro muslo por delante, desde la zona de la cadera hasta la parte interna de la tibia, y su función es la extensión de rodilla (la patada), tiene algo de abductor (abre la pierna) y de rotación externa de cadera. Debes de conocer estos músculos porque hay que cuidarlos si no quieres tener esta lesión o recuperarte de ella.
Las causas más comunes son el exceso de entrenamiento, el no estirar permitiendo una longitud mayor de los músculos afectados, y por lo tanto menos tensión de sus tendones. Volvemos a lo mismo, tenemos que ESTIRAR y debemos hidratarnos, ya que están muy relacionadas las tendinitis con la deshidratación. Además, si no queremos entrenar menos, debemos recuperarnos, tanto con estiramientos como por descargas musculares realizadas por el fisio o el masajista, de tal manera que ayudará a recuperar la musculatura y permitirá hacer los mismos kilómetros con menos carga al organismo.
Otros factores son la anatomía particular de la persona, y aquí ya entrarían factores como el exceso de pronación en la pisada, ángulo formado entre fémur y tibia, etc...
En principio, y si la lesión no te ha alcanzado del todo, recomendamos lo siguiente: estirar la musculatura afectada y aplicar hielo durante veinte minutos varias veces al día (tres veces estaría bien) sobre la pata de ganso. Y sobre todo visitar al fisio para su recuperación y lo que sería mejor, para descargar los músculos. Aprender a estirar y de esa manera prevenir la aparición tanto de ésta como de cualquier otra lesión.
David Nogueiras Pérez: Fisioterapeuta, Osteópata, Acupuntor, Miembro de Atención al Deportista.