La zapatilla ideal para cada pie

La elección de un calzado adecuado para cada actividad y tipo de pisada reduce el riesgo de lesiones. Elegir zapatillas no es tarea fácil. La abrumadora oferta de marcas y modelos confunde desde los escaparates de la casas de deportes. Y es así como la elección suele quedar sujeta al más o menos certero consejo del vendedor o a nuestro, no siempre bien adiestrado, criterio.


"La gente elige zapatillas por lo estético. A veces tiene suerte, pero otras veces, no, y elige un calzado que no es adecuado para su pisada ni para sus requerimientos de estabilidad o amortiguación", asegura Gustavo Güerzoni, licenciado en kinesiología y fisiatría, coordinador del Nike Running Lab.
"Es fundamental, también, tener en cuenta el tipo de uso que se les va a dar -agrega Fernando Colombo, Category Manager de Runing de Adidas-, así como el peso del corredor, ya que, a mayor peso, más importante es tener una mejor amortiguación y soportes para que el pie y sus articulaciones no sufran los impactos".


Usar un calzado inadecuado para realizar actividad física no sólo atenta contra el rendimiento esperado, sino que aumenta el riesgo de sufrir lesiones o, dicho de otra forma: "Hay alteraciones de la pisada que pueden llevar a sufrir una lesión, y usar el calzado adecuado es la forma de prevenirlas".


Tipo de pisada

Dime cómo pisas...
Existen tres tipos de pisada: neutra, pronadora o supinadora. La pronación es la rotación hacia adentro del eje longitudinal del pie y, si bien es una respuesta natural del pie para disipar la carga que recibe a cada paso, existen distintos grados de pronación, y a mayor severidad, mayores son los riesgos de lesión.


"El 90% de las afecciones de miembros inferiores se relacionan con la sobrepronación, que, a su vez, suele estar asociada al pie plano -comenta Güerzoni-. Al igual que las personas de mayor peso corporal, los sobrepronadores necesitan un calzado con máxima estabilidad."


La pisada supinadora, por el contrario, es aquella en la que el pie rota hacia afuera de su eje longitudinal. "Esta pisada se debe, generalmente, a un pie con un arco muy pronunciado -señala Colombo-. Este tipo de pie es muy rígido y carece de movilidad para amortiguar, por lo que puede sufrir distintas lesiones."


La pisada neutra, según aclara, no tiene problemas por corregir.
Pero ¿cómo conocer el tipo de pisada propia? Si bien hay signos que pueden delatarlas -los pronadores deforman las zapatillas en su cara interna, mientras que los supinadores gastan rápidamente su cara externa-, hoy existen estudios que permiten realizar una evaluación precisa de la pisada.
Uno de los más modernos es el sistema Footscan. Consiste en una plataforma con más de 8000 sensores que captan las diferentes presiones realizadas tanto en forma estática como dinámica, durante las distintas fases de apoyo del pie durante la marcha.
Esta evaluación de la pisada arroja, en cuestión de minutos, valiosa información sobre el tipo de pisada y sobre la existencia de alteraciones de la estabilidad en distintas partes del pie, al mismo tiempo que informa sobre cuáles son los puntos de presión o hiperpresión al pisar.


Tipo de pisada

Todo ese cúmulo de información permite determinar cuál es el tipo de calzado más adecuado (para pisadas pronadoras, neutras o supinadoras), y sirve también para la elaboración -en caso de ser necesarias- de plantillas correctivas, funcionales o que aporten un mayor confort.


Hoy en día existe una gran diversidad de materiales para las plantillas, que a partir de un preciso diagnóstico de la pisada pueden utilizarse para diseñarlas y personalizarlas, brindando la solución ortopédica necesaria, según peso y edad.
Muchos atletas de elite ya usan plantillas, aun teniendo una pisada considerada normal, con el objetivo de asegurarse estabilidad y confort.


1000 kilómetros es la vida útil de un calzado. En promedio, un calzado deportivo puede brindarnos sus servicios hasta 800 kilómetros, no más. El 90% de las lesiones en miembros inferiores, como la tendinitis del talón de Aquiles, se asocian a pisadas sobrepronadoras.


Artículo cedido por www.ceefis.com.ar y el Profesor Sebastián Ríos




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